sábado, 26 de mayo de 2012

CÓMO Y POR QUÉ DEL CAMBIO DE GOBIERNO





En noviembre de 2011 se anunció que Grecia tendría un nuevo Gobierno. Un gobierno de coalición sin el hasta entonces primer ministro, Yorgos Papandreu, que trataría de hacer frente a la dura tarea de evitar la bancarrota del país con una crisis que ya había traspasado las fronteras de las finanzas y se había extendido al ámbito político y social.

La deuda, en el trasfondo de la crisis
Se cumplen ahora dos años desde que las agencias de calificación rebajaran la nota de la deuda griega que provocó el desplome de la Bolsa y los bonos helenos. Corría el mes de diciembre de 2009 y ya entonces la Comisión y el Banco Central Europeo instaron al país a tomar medidas. Sólo un mes después, un informe de la Comisión acusa al Estado griego de irregularidad sistemática en el envío de datos fiscales a Bruselas. El 3 de febrero, la Unión Europea aprobó el plan de austeridad griego y prometió seguir de cerca los pasos del Ejecutivo.

El mecanismo de rescate
El 25 de marzo de 2010, los países de la zona euro acordaron el mecanismo para proceder, si fuera necesario, al rescate financiero de Grecia. Un mes después, Standard and Poor’s rebajó la deuda griega a bono basura y aumentaron las dudas sobre la solvencia del país. De forma paralela, crece el temor de que la situación se contagie a otros países de la unión monetaria y el euro cae hasta el nivel mínimo en un año.

El 29 de abril, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, responsabilizó a los gobiernos anteriores de la dramática situación del país: la deuda pública supera el 115% del PIB y el déficit público en 2009 asciende hasta el 13,6% del PIB.

Ayudas y reformas
Los problemas de la economía griega fueron en aumento y la eurozona decidió aprobar un préstamo al país de 110.000 millones de euros para 2010-2012, del que el FMI aportó 30.000 millones. A cambio, el Gobierno griego dio luz verde a un programa de reformas de las pensiones que también contempla la ampliación de la jubilación y el periodo de cotización para acceder a la pensión completa. Hacia finales de año, el 23 de noviembre, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional aprobaron el tercer tramo de ayuda a Grecia, poco después de conceder el segundo.

Huelgas generales
2011 comienza como acabó el año anterior, con una huelga general el 23 de febrero. En los doce meses anteriores, la sociedad griega, con un alto grado de descontento sobre lo que estaba sucediendo con sus finanzas, había protagonizado hasta ocho paros generales. En alguno de ellos, la crispación desembocó en importantes actos de violencia. Mientras tanto, el Ejecutivo nacional siguió trazando planes de austeridad y de recortes. 

El 23 de mayo, el Gobierno aprobó nuevas medidas para ahorrar 28.000 millones de euros hasta 2015 y privatizaciones para conseguir otros 50.000 millones adicionales.
Entre otras medidas figuran la reducción del número de funcionarios y de sus sueldos, la congelación de las pensiones, la reducción de organismos públicos, la venta de empresas o la subida de impuestos. El movimiento de los “indignados” toma el centro de Atenas.

Segundo rescate
El 21 de julio de 2011, los líderes de la eurozona acordaron un segundo rescate por 109.000 millones de euros, en el que también participó el sector privado. Ninguna ayuda parecía ser suficiente. La situación de Grecia empeoraba por momentos y el Gobierno reconocía, el 2 de octubre, que no cumpliría los objetivos de déficit. Los organismos europeos e internacionales continuaban estudiando cómo poner freno a la caída helena.

Acuerdo global en la eurozona
La Eurozona alcanzó un pacto global que sería definitivo para el rescate de Grecia y para su permanencia en el euro. Los líderes de los países que pertenecen a la moneda común pactaron con los bancos internacionales la condonación de la mitad de la deuda griega, así como aumentar la contribución al rescate de la república helena en 30.000 millones de euros. De esta forma, la aportación pública (a través del fondo de rescate) sería en total de 139.000 millones. A cambio, el Gobierno de Yorgos Papandreu tendría que llevar a cabo nuevos recortes y privatizaciones.

La sorpresa del referéndum
La noticia del acuerdo global de la Eurozona aportó cierta calma al Ejecutivo griego y supuso una inyección de confianza en los mercados. Pero la calma apenas duró unos días. El tiempo que tardó Papandreu en anunciar su intención de someter a referéndum la nueva hoja de ruta europea para el rescate heleno y convocar una moción de confianza que tendría lugar el viernes 4 de noviembre.
 
La cumbre del G-20
Tras el anuncio, las alarmas saltan en el corazón de Europa, que en la misma semana acogía la cumbre de los líderes del G-20. Desde el primer momento, la situación de Grecia se convierte en protagonista. La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy convocaron una reunión de urgencia con Papandreu para tratar de convencerle de que diera marcha atrás en su intención de celebrar el referéndum. Lejos de conseguir su objetivo, el primer ministro griego aseguró tras la reunión que la consulta tendría lugar el 4 ó 5 de diciembre. Merkel y Sarkozy amenazaron: “Grecia no recibirá más dinero en concepto de ayuda hasta que no despeje todas las incertidumbres”.

Para ese momento, el Gobierno de Papandreu ya estaba sumido en una crisis interna por la que se cuestionaba, incluso, que sus compañeros de filas le apoyaran en la moción de confianza.

Marcha atrás
A sólo un día de la cita definitiva en el Parlamento y ante las presiones internas y externas, el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, confirmaba de forma oficial que no habría referéndum sobre el rescate. Sólo un día después, Papandreu “sobrevive” a la moción de confianza que él mismo planteó, con 153 votos a favor y 145 en contra.

Negociaciones para un nuevo Gobierno
Tras conseguir el respaldo, Papandreu prometió iniciar al día siguiente conversaciones para formar un gobierno de unidad nacional (incluso no encabezado por él).

Dos días después, el presidente griego, Karolos Papoulias, recibió a Yorgos Papandreu para sentar las bases del posible nuevo Gobierno, en el que sería fundamental el consenso para evitar la convocatoria de elecciones anticipadas. Esta tarea se antojaba complicada por la posición de Antonio Samaras, el líder de Nueva Democracia, que con sus 85 escaños es el principal partido de la oposición. Samaras pedía la dimisión de Papandreu y, a cambio, proponía la puesta en marcha de un Ejecutivo de tecnócratas que aprobara en el Parlamento el plan de rescate y convocara inmediatamente elecciones generales.

Papandreu era contrario a esta propuesta. Sin embargo, y tras un día de frenéticas negociaciones entre el Ejecutivo griego y los partidos de la oposición, el acuerdo llegó. La Presidencia helena anunciaba que se había "llegado al acuerdo de formar un Gobierno que lleve a elecciones inmediatas".

Gobierno de coalición sin Papandreu

Samaras y Papandreu volverían a reunirse para designar un nuevo primer ministro y la composición general del Gobierno.

El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, anunció su dimisión el 5 de noviembre de 2011 y la intención de formar un gobierno de unidad nacional con  Antonis Samarás. El objetivo del nuevo gobierno de coalición era aplicar las pautas acordadas en la cumbre europea y la convocatoria de elecciones anticipadas tras un período determinado de tiempo.

Papandreu se reunió con la oposición con el propósito de tomar las medidas necesarias para iniciar el fin de la crisis política griega. El recién estrenado Ejecutivo debería hacer frente al préstamo de las ayudas recibidas así como negociar las condiciones del nuevo plan de ayuda.

El exvicepresidente del Banco Central Europeo Lucas Papademos, fue el elegido por Papandreu y Samaras para encabezar el nuevo gobierno griego de unidad nacional hasta las elecciones que se celebraran el 19 de febrero.

Además, el nuevo Ejecutivo lo integran 49 miembros entre los que se encuentran, sobre todo, miembros del partido socialista PASOK, junto con seis representantes del conservador Partido Nueva Democracia (PND) y cuatro integrantes de la más pequeña y derechista Reunión Popular Ortodoxa (LAOS) que se unieron al gobierno por primera vez.

Por su parte, Evangelos Venizelos conservó su cargo de viceprimer ministro y ministro de Finanzas. Theodoros Pangalos, otro miembro clave del PASOK, partido que tiene la mayoría parlamentaria, también seguirá siendo viceprimer ministro. El vicepresidente del PND, Stavros Dimas, excomisionado de la Unión Europea para Medio Ambiente, fue nombrado nuevo ministro de Relaciones Exteriores, y el segundo vicepresidente del PND, Dimitris Avramopoulos, será el nuevo ministro de Defensa Nacional. El legislador Mavroudis Voridis, del LAOS, será el nuevo ministro de Infraestructura, Transporte y Redes. Y por lo demás, la mayoría de los ministros del ex primer ministro Yorgos Papandreu conservaron sus carteras.

Fuente: El País, ABC, www.rtve.es

Laura C. Chiachio

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