domingo, 27 de mayo de 2012

EL RESCATE.

La crisis ha sido el tema no solo del año si no ya de un período que empieza a darla a la palabra un cierto sin sentido, como si ya hubiésemos asumido que la situación es un sin retorno. En Europa, son muchos los países que ahora mismo ya han tomado las medidas necesarias para ir adelante. Sin embargo, los de siempre, los del Mediterranéo,  junto con una Irlanda que se nos ha sumado, no levantamos cabeza.

Así, cada ha tomado medidas. Medidas ante todo discutidas, y sobre todo que hacen lo de siempre, volcar la responsabilidad de una mala gestión política en el pueblo, que debe responder o con más impuestos o con reducciones de servicios públicos. 

"La mejor manera que Italia tiene de borrar la era Berlusconi es elegir a alguien que no se parezca a él. Eso hizo el presidente Giorgio Napolitano. Mario Monti es un tecnócrata, que se define a sí mismo como “el más alemán de los economistas italianos”.
Monti es ordenado y austero. No tiene chofer, empresas ni una historia amorosa pletórica de escándalos. Su principal defecto es la ausencia de sentido del humor. Sus mayores virtudes tienen que ver con la seriedad: es un académico de primera línea, funcionario público de gran trayectoria.
Es partidario de una contribución única de los ciudadanos más ricos y de una estrategia fiscal que limite la evasión. Está a favor de una drástica reducción del gasto público a través de la privatización o cierre de las empresas públicas. Ha dicho, también, que estas medidas de corte macroeconómico deben acompañarse con reducciones significativas en los privilegios de los funcionarios públicos: acotar el número de asistentes personales; prohibir el uso indiscriminado de vehículos oficiales y disminuir los gastos de representación.
Mario Monti es también un viejo combatiente en las lides antimonopólicas. Se desempeñó cinco años al frente de la oficina de competencia en la Unión Europea. Ahí fijó una multa de 500 millones de dólares contra Microsoft y bloqueó la fusión de General Electric y Honeywell.
Tiene ideas claras y experiencia tecnocrática. A pesar de ello, no hay garantía de que podrá sacar adelante las reformas fiscal y laboral que Italia necesita, en toda su profundidad. Para resolver la emergencia financiera, el apoyo de Alemania y Francia será crucial en las próximas semanas. "
(El Economista)

En los últimos meses, el primer ministro italiano, ha asegurado,  que Italia no necesitará ningún rescate para superar la esta crisis de deuda, aunque, por otro lado, reconoce que la Unión Europea debería crear "cortafuegos" para evitar más contagios y calmar a los mercados, como medida de precaución.


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