viernes, 25 de mayo de 2012

¿Por qué Irlanda está dentro de los PIIGS?


Para analizar por qué Irlanda pertenece al grupo de países de la periferia Europa denominado PIIGS, vamos a hacer un recorrido, a grandes rasgos, de su economía a lo largo de su historia. De esta forma podremos vislumbrar posibles causas de la crisis económica tan grave que experimenta el país.

Durante los años cincuenta, Irlanda tuvo varios gobiernos sucesivos que promovieron políticas proteccionistas. Las exportaciones representaban solo un 32% del PIB, y de éstas el 75% estaban dirigidas a Reino Unido. Los pobres resultados económicos del país se debían a la intervención gubernamental en el comercio y en otras áreas relacionadas. En la población, estos resultados, produjeron unos altos índices de emigración.

Poco a poco, el gobierno del país, comenzó a abandonar estas políticas proteccionistas, en los años sesenta. La economía irlandesa se orientó mucho más hacía el tema de las exportaciones. Gracias a esta liberalización del comercio, Irlanda experimentó un marcado crecimiento. La producción aumentó un 4.2%, el doble que en los cincuenta, pero aún mantenían un alto índice de intervencionismo. Irlanda no lograba llegar a los índices de calidad de vida del resto de Europa.

En 1973, Irlanda se unió a la Comunidad Económica Europea, y continuó con sus avances hacia la liberalización. Durante ésta década, la economía de Irlanda, se caracterizó por políticas keynesianas que le condujeron a la crisis fiscal.

A comienzos de los ochenta, el gobierno aumentó los impuestos a las rentas y al consumo para intentar reducir el déficit que tenía y, también, como medida ante los problemas ocasionados por las crisis del petróleo. La relación deuda/PIB era muy alta y aumentar los impuestos no parecía una solución.  En esta década, el resto de Europa, también tenían un crecimiento pobre.



La urgencia que se desprendía de la fuerte crisis fiscal que atravesaba el país, fue la que originó un cambio en las políticas de Irlanda. La única opción que veía Irlanda era la reducción de los gastos gubernamentales. Se recortaron gastos en salud, educación, agricultura, transporte y vivienda, etc. Gracias a estos drásticos recortes (los mayores que vivía Irlanda en 30 años) consiguió salir de la crisis fiscal. Como consecuencia de éstas medidas, también, se redujo la intervención del Estado en la economía, dando paso a una etapa más liberal.

La economía irlandesa comenzó a crecer a un ritmo del 4%. Con la firma del Tratado de Maastricht en 1992, se afianzó su credibilidad y se comprometió a seguir con las políticas fiscales sanas. Así continuó creciendo hasta finales de los 90, sobrepasando los niveles de vida del resto de Europa. Esto atrajo masivamente a inversores y especuladores al país que invirtieron de forma exagerada en construcción, basando la mayor parte de la economía en ello. La evolución de Irlanda se tildó de “milagro económico”.

¿Qué pasó para que se desplomara la economía irlandesa?

Citaremos para explicarlo al Premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, en un artículo que publicó en El País:

“La historia irlandesa empezó con un auténtico milagro económico. Pero al final este dio paso a una fiebre especuladora impulsada por bancos y promotores inmobiliarios fuera de control, todos en connivencia con los principales políticos. La fiebre se financió con enormes préstamos adquiridos por los bancos irlandeses, en su mayoría de bancos de otros países europeos. Luego la burbuja estalló, y esos bancos tuvieron que hacer frente a unas pérdidas enormes. Se podría haber esperado que quienes prestaron dinero a los bancos compartiesen las pérdidas. Después de todo, eran adultos que actuaban por propia voluntad y, si no eran capaces de comprender los riesgos que estaban asumiendo, eso no era culpa de nadie más que de ellos. Pero no, el Gobierno irlandés dio un paso al frente para garantizar la deuda de los bancos, con lo que convirtió las pérdidas privadas en obligaciones públicas”.


(UME: Unión Monetaria Europea / IRL: Irlanda)

En sólo tres años, la República de Irlanda pasó de un rápido crecimiento económico a registrar cifras dobles de déficit público.
Su desarrollo se basó durante años en impuestos bajos que atraían inversiones y multinacionales al país, y en un boyante mercado inmobiliario. Cuando estalló la burbuja de la construcción en 2008, el valor de los inmuebles se desplomó entre un 50% y un 60% y atrapó a todos los bancos del país, que habían concedido innumerables préstamos a particulares y promotores.

El Gobierno de Dublín se vió obligado a socorrer a las entidades financieras con una inyección de 50.000 millones de euros. Esa ayuda hundió las cuentas públicas irlandesas que terminarán este año con un déficit del Estado del 32% de su PIB, frente al 14% que registró a finales de 2009. (vía El País)

En conclusión, podríamos decir que, los países que apoyan su economía en las burbujas inmobiliarias han tenido el mismo desenlace, véase España.

Susana López Cruz

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